Mestura La Palma nace con la intención de acompañar a la ciudadanía afectada por la crisis del volcán Tajogaite a través de prácticas culturales comunitarias.
Este proyecto —financiado por la Fundación y Nina Carasso en su convocatoria Alianzas para una Democracia Cultural 2022— inicia su recorrido en octubre de 2022 y se prevé que finalice en diciembre de 2023.
Desde su comienzo, el planteamiento de Mestura La Palma ha ido evolucionando al irse acercando a la ciudadanía. Conocer de primera mano los sentires y necesidades de las personas afectadas del Valle nos han ido haciendo tomar una serie de decisiones hasta llegar al planteamiento actual.
✈️ Hoy, hacemos un viaje por los diferentes hitos del proyecto y adelantamos futuros pasos:
¿Dónde están mis vecinos?
Nuestras primeras intuiciones y conocimientos de la situación en el Valle, nos llevaron a arrancar el proyecto con el objetivo de diseñar espacios y herramientas que incentivaran el encuentro de todos aquellos vecinos y vecinas afectadas que desearan y necesitaran reencontrarse con su comunidad.
La dispersión por el territorio de muchas comunidades realojadas y el consecuente desplazamiento de su cotidianidad y entorno cercano, hizo que desarrollaramos un primer taller en el marco de La Voz de La Mujer.
El taller participativo “¿Dónde están mis vecinos” nos permitió reflexionar con sus asistentes en torno a los problemas comunitarios que han surgido a raíz de la erupción del volcán Tajogaite. Además, iniciamos un mapeo de recursos, tradiciones, iniciativas, proyectos, personas o espacios presentes en la isla para ponerlos al servicio de la comunidad, recuperar la vida cotidiana y facilitar el reencuentro entre vecinas y vecinos.
Patrimonio comunitario, identidad, memoria y arraigo
La puesta en valor de todos estos recursos y el afán de seguir identificando “nuevos”, hizo que nos centráramos en lo que denominamos “Patrimonio Comunitario”.
Entendemos como Patrimonio Comunitario al conjunto de prácticas colectivas para la gestión y el cuidado de nuestros bienes patrimoniales (naturales y culturales). Así, creamos un mapa que nos ayudara a mapear colectivamente a través de encuentros con la ciudadanía, aquellos bienes comunes que tras la erupción se perdieron o corrían el riesgo de perderse.
El 16 de diciembre de 2022 en un primer taller dirigido a la población afectada por la emergencia, con el apoyo del equipo multidisciplinar de Opción 3 y PEEF del Cabildo de La Palma, identificamos junto a la comunidad casi 70 patrimonios comunitarios. Para ello, creamos un “Sello de Patrimonio Comunitario”, un elemento identificativo que otorga la ciudadanía y destaca todos aquellos bienes importantes para su identidad.
Así, aunando estos 70 bienes, trabajamos en un primer Catálogo de Patrimonio Comunitario, un documento que recoge los bienes patrimoniales importantes para la comunidad y que forman parte de su identidad comunitaria.
Aterrizaje de la mediación y coordinación de grupos
A principios de año, empezamos a afianzar las alianzas con los ayuntamientos de los municipios afectados por la erupción así como con algunos proyectos culturales como el Festivalito —Festival Internacional de Cine Chico de Canarias— y entidades del tercer sector como Cáritas y Cruz Roja. Para nosotras trabajar con el apoyo y saberes de aquellos agentes sociales que estuvieron desde el inicio de la emergencia era esencial para que el proyecto pudiera aterrizar con mayor determinación y llegar más fácilmente al segmento de la población al que va destinado Mestura.
De este modo, empezamos a encontrarnos periódicamente con grupos de personas afectadas ya conformados previamente por Cruz Roja a través de la cesión de un espacio para trabajar con ellas. Apoyarnos en estos grupos ya consolidados nos ha facilitado acercarnos a las personas de manera más directa y con una mayor confianza. Además, en beneficio de estas personas, nos ha permitido centrar la mediación en cuestiones más concretas, compatibilizando la labor de entidades como Cruz Roja. Gracias a este espacio de acompañamiento en el cual compartimos momentos, charlas y talleres semanalmente, se ha ido gestando un vínculo con los grupos, entre las personas que lo conforman y con el proyecto, haciendo que quieran formar parte activa y cuidar lo que vamos construyendo.
Actualmente nos encontramos con dos grupos. Uno a cada lado de la lava, al norte en Los Llanos de Aridane y al sur en Jedey, Las Manchas. Ambos grupos afrontan situaciones diferentes pero consecuencias similares: la necesidad de seguir adelante y luchar por recuperar sus vidas y los espacios que les generan bienestar. En Los Llanos han perdido sus viviendas y están en diferentes procesos de realojo y reorganización de sus vidas. En Las Manchas, han podido volver a sus hogares pero gran parte de su vida cotidiana y las personas que la conformaban han cambiado. Sin embargo, han encontrado en el colegio unitario CEIP Jedey, cerrado temporalmente desde el inicio de la erupción, un lugar donde reencontrarse y organizarse, un activo de salud para el barrio.
Asimismo –paralelamente a los avances y desarrollo del proyecto– se crea el “Grupo de entidades y agentes de intervención comunitaria”, del cual Mestura forma parte conjuntamente con Cruz Roja, Cáritas, el equipo de atención psicosocial de Cabildo y Mojo de Caña.
Convocadas en un primer momento por el proyecto “Revivir El Valle”, nos hemos ido reuniendo mensualmente desde principios de año con el objetivo de crear sinergias, potenciando y compartiendo recursos, ampliando el impacto colectivo y fortaleciendo los objetivos de los proyectos comunitarios actualmente activos en el Valle por el bien de la comunidad con la cual trabajamos. Esta apuesta en construcción poco a poco va generando nuevos espacios de trabajo con el fin de ser más efectivas y apoyarnos mutuamente.
#COFREmestura
Como es lógico, el estado de ánimo de los habitantes del Valle está debilitado después de un proceso que conlleva pérdidas materiales, el cambio radical de su vida y un gran impacto emocional. Por eso, creímos necesario llevar a cabo una acción experimental que pudiera contribuir a que las personas tuvieran un incentivo para pasar a la acción y que les abriera un nuevo canal para expresar y recibir afecto entre personas que pudieran estar atravesando una situación similar.
Los diferentes Patrimonios Comunitarios identificados nos sirvieron como excusa para crear el “Cofre Mestura” y generar así un vínculo alrededor de la creación de un tesoro colectivo. De esta forma, a través del juego las personas tendrían que aportar un tesoro que luego entregarían a otra persona para que siguiera la cadena.
Este dispositivo pretende involucrar a personas afectadas, generando un interés por construir colectivamente los diferentes tesoros y cuidarlos para que lleguen a su destino. Un viaje que además persigue la puesta en valor de la memoria individual y comunitaria del Valle de Aridane.
Actualmente, hay 85 #COFRESmestura repartidos por el Valle que han iniciado su viaje y esperamos que vuelvan llenos de experiencias y vivencias de todas aquellas personas por las que han pasado.
La sobremesa
Durante el desarrollo de la investigación sobre los patrimonios comunitarios llegamos a la conclusión de que había un tipo de patrimonio que era transversal al resto y que podía ser el que articulara y ayudara a construir el resto: el patrimonio doméstico.
Una de las mayores pérdidas que experimenta la comunidad afectada por el volcán va más allá de lo que se entiende comúnmente como entorno doméstico (la vivienda), extendiéndose a la calle, al espacio público, al barrio y en definitiva, a todos aquellos espacios que conforman su cotidianidad. Además entendíamos que uno de los momentos más cotidianos tenía que ver con la comida y el patrimonio gastronómico. Suele ser en nuestros comedores o patios de casa donde se transmite el conocimiento, se debate y se festeja entre familia y amigos como el caso de Las Gallofas. Es el contexto de mayor valor social que existe, donde construimos buena parte de nuestra identidad, nos definimos como seres sociales y reconocemos nuestros vínculos.
¿Qué pasaría entonces si utilizamos la mesa como objeto y el contexto de sobremesa como escenario para construir identidad, ciudadanía y territorio?
Empezamos esta línea organizando el pasado abril de 2023 un primer encuentro comunitario que llamamos “Conversaciones de Sobremesa”. Un momento donde reunir a los diferentes grupos con los que veníamos trabajando en la mediación con otras personas, entidades y agentes del Valle y poner a prueba el potencial de un contexto de sobremesa en el espacio público.
Así, en “Conversaciones de Sobremesa” todo sucedió alrededor de una gran mesa. Desde conversatorios donde poner en valor el patrimonio comunitario del Valle; proyecciones; improvisaciones musicales; hasta una buena merienda y almuerzo compartido. Además, este evento marcó el inicio del viaje del #COFREmestura, haciéndole entrega de uno a cada asistente.
Tras este encuentro, nuestras intuiciones se hicieron tangibles, evidenciando cómo a través de un objeto cotidiano (la mesa), podemos transformar un espacio, disolver barreras y alterar la forma en que nos relacionamos a partir del contexto que genera sobre ella. La mesa tiene pues la capacidad de posibilitar momentos distendidos y cotidianos entre personas desconocidas en lugares públicos o privados.
Esta distinción entre la mesa como objeto y el contexto que genera, nos lleva al concepto de sobremesa para posteriormente repensarlo. Así, nosotras utilizamos el concepto “(sobre)mesa” como concepto cuya definición trasciende de la tradicional haciendo visible por un lado la importancia de la “sobremesa” como contexto y por otro lado “sobre la mesa” como objeto cotidiano capaz de ofrecernos un abanico de posibilidades.
“La mesa tiene este poder de convocatoria y de facilidad para motivar encuentros, pactadas o improvisadas, que nos puede hacer reflexionar sobre el papel de esta pieza en nuestras vidas, que trasciende su papel principal para mostrarse como un dispositivo para el habitar, donde las personas son las protagonistas.” (Barczuk, 2022)
Tras el éxito del encuentro de abril y del espacio (sobre)mesa aprovechamos el marco de una de nuestras alianzas: El Festivalito, para presentar un cortometraje al concurso que se celebra cada año en la isla, La Palma Rueda.
¿Qué ocurre cuando colocas la misma mesa en diversos lugares del Valle, con objetos diferentes y sientas a distintas personas?
Con esta pregunta queríamos seguir profundizando en el potencial de (sobre)mesa como herramienta para construir relato entorno a la transformación del territorio y las vidas de las personas del Valle.
El cortometraje “(SOBRE)MESA” se convierte así en una herramienta más de proceso que nos permite seguir experimentando el poder de convocatoria y facilitación de encuentros que tiene la mesa como objeto al tiempo que construimos relato desde la acción.
Alrededor de una mesa sucede la vida, la magia cotidiana. Un objeto que tiene el poder de transformar la forma en la que habitamos un lugar y que no entiende de edad, raza o procedencia. Un lugar que nos reúne para contarnos, escucharnos, conocernos, apoyarnos y celebrarnos.
La mesa puede ser una oportunidad para reconstruir nuestra identidad y nuestras redes de apoyo, pero también nuestro territorio y nuestros lugares de encuentro. La mesa puede ser un símbolo de la sociedad que queremos ser y el territorio que queremos construir.
Futuros pasos y deseos
Este segundo semestre de 2023 supone una nueva etapa para Mestura La Palma y en principio, la última.
Mestura ha ido evolucionando desde su concepción al aterrizar en la realidad local. Así, durante este camino ha tenido que adaptarse para ir dando pasos útiles para la comunidad sin perder de vista los objetivos a los que va dirigido.
Toda esta experiencia hace que hoy tengamos:
- La mediación con cada grupo consolidada y con objetivos consensuados y en proceso. Además de haber identificado a aquellas personas, la mayoría pertenecientes a estos grupos, en las que queremos centrar nuestros esfuerzos.
- El relato articulado en torno al patrimonio, a lo doméstico y la (sobre)mesa.
- 85 cofres moviéndose por el Valle conectando saberes y generando vínculos.
- Una cantidad ingente de contenido proveniente del proceso que hay que gestionar para darle la mayor utilidad posible con los recursos que tenemos.
- Un documental en proceso que parte del cortometraje para El Festivalito y sigue profundizando en el poder de la (sobre)mesa.
Pero… ¿Qué nos queda entonces?
Este próximo semestre trataremos de hacer tangible y duradero el poder de transformación de la (sobre)mesa en las comunidades afectadas y en el Valle.
¿Cómo? pues a través de acciones y herramientas concretas que permitan seguir trabajando en el cuidado del patrimonio, el fortalecimiento de la identidad y la implicación/organización/acción ciudadana como forma de conseguir derechos y generar bienestar.
¿Nos acompañas? 😉