A lo largo de la última década han aparecido en el contexto iberoamericano espacios de gestión y mediación cultural definidos como “laboratorios ciudadanos” y concebidos como infraestructuras comunes o cívicos en los que, más allá del acceso, se trabaja la producción de cultura y, por tanto, de ciudadanía. Mientras que el éxito de los centros culturales tradicionales es fácilmente evaluable desde lo cuantitativo a través, por ejemplo, del número de visitas, ¿cómo podemos evaluar el impacto de estos nuevos equipamientos públicos en su capacidad de activación del territorio? Civímetro es una propuesta, coordinada por la Oficina de Innovación Cívica, Carpe Studio y noralabora.com, para abordar este reto.
La evaluación se ha convertido en un aspecto cada vez más demandado en todos los sectores. Evaluar qué efecto tienen unas acciones determinadas nos ayuda a analizar en qué medida cumplimos nuestros objetivos. Para proporcionar información rigurosa y veraz, el proceso de evaluación debe estar integrado desde la concepción inicial de la actividad a evaluar, a través de un plan que detalle qué objetivos queremos cumplir y a través de qué proceso.
Las evaluaciones actualmente tienen un marcado carácter resultadista que hace especial énfasis en número absolutos. Esta forma de analizar, que para determinados sectores productivos puede ser muy útil, resulta insuficiente cuando hablamos de procesos de política pública cuyos objetivos se centran en la apertura de las instituciones a la ciudadanía para abordar retos e inquietudes sociales. Un ejemplo de este tipo de política pública son los “laboratorios ciudadanos”1En determinados contextos, los laboratorios ciudadanos han ido generando una red desde la que compartir aprendizajes y experiencias. En el contexto iberoamericano la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) desarrolla el LABIC, un evento anual para la promoción de los laboratorios ciudadanos y colabora con Medialab Prado en la promoción y coordinación del Lab Meeting Iberoamericano.Aquí un mapeo de los laboratorios ciudadanos en iberoamerica: https://www.innovacionciudadana.org/red-de-laboratorios-de-innovacion-ciudadana/, espacios donde una persona o un colectivo propone trabajar sobre un problema específico en su barrio y sus vecinas y vecinos pueden unirse para desarrollarlo de forma abierta y colaborativa. En definitiva, un lugar que ofrece los recursos para experimentar y colaborar en un entorno de aprendizaje compartido. A estas dinámicas de trabajo colaborativo situadas en los laboratorios ciudadanos las llamamos “innovación ciudadana”.2La innovación ciudadana es un concepto que ha ido creciendo en los últimos años como una ramificación de las lógicas de la innovación social. En este artículo Juan Freire explica las diferencias: https://juanfreire.com/innovacion-social-vs-innovacion-ciudadana/
La rendición de cuentas es inevitable cuando nos referimos a iniciativas facilitadas o promovidas desde la Administración Pública. Pero, ¿cómo medir la gestión y eficiencia de estos recursos públicos en procesos más experimentales cuyo objetivo es generar un contexto propicio para la innovación ciudadana (abierto, inclusivo, deliberativo, etc.? Gran parte de la sociedad desconoce qué objetivos persiguen los laboratorios ciudadanos, qué dinámicas promueven y qué impacto buscan generar, y es en este aspecto en el que su evaluación adquiere una especial relevancia ya que el desconocimiento puede llevar a la desconfianza hacia estos espacios.
Ante esto, vemos la necesidad de identificar las dinámicas propias de los laboratorios ciudadanos, para poder medirlas y evaluarlas. Queremos mostrar los cambios que la innovación ciudadana produce en las personas, en las comunidades y en el territorio, y buscamos comprender qué elementos hacen posible la generación de estos procesos. Para ello proponemos una guía que, por una parte, permite adaptar la evaluación a cada contexto y, por otra, proporciona un marco común para el aprendizaje entre laboratorios ciudadanos.
Esta guía se concreta en un plan de evaluación y un marco metodológico. Los pilares del sistema son 7 dimensiones de evaluación que articulan las dinámicas propias de la innovación ciudadana: gestión distribuida, organización adhocrática, dinámica experimental, comunidad inclusiva, diseño abierto, alcance glocal y rendición de cuentas.3Estas 7 dimensiones son fruto de investigaciones y aprendizajes extraídos de diferentes testeos de civímetro desde su primera ideación en 2015. Su definición puede encontrarse en la web del proyecto, civimetro.org, en la sección “Marco metodológico”.
elementos que lo configuran
Planteamos las dimensiones como dinámicas habituales pero no condicionales en los procesos de innovación ciudadana, es decir, entendemos que no todas las dimensiones son siempre relevantes y cuando lo son, no lo son con la misma intensidad. Por esto, los primeros pasos del plan de evaluación de Civímetro buscan la intersección entre las actividades concretas de la iniciativa a evaluar con el grado de presencia de las dimensiones. Esto nos ayuda a determinar el alcance de la evaluación. A continuación se define la teoría del cambio, una representación de la cadena de valor completa que nos ayuda a tener una hipótesis previa de la actividad que estamos evaluando. La cadena de valor en Civímetro se define a través de proceso, producto, resultado e impacto. De esta forma, cada dimensión es medible a través de una decena de indicadores de proceso, de producto y de resultado, y un indicador de impacto. Proponemos una medición a través de herramientas de documentación y recolección de datos que van desde las más rutinarias, como encuestas, entrevistas o el análisis de la documentación generada por los grupos de trabajo, a otras más dinámicas como talleres de evaluación colectiva.
especializados en mediación cultural, innovación ciudadana y medición de
impacto y evaluación de programas culturales | foto Medialab Prado
La voluntad de poner en valor los procesos de innovación ciudadana surge dentro de la red internacional Civicwise desde sus inicios en 2015. Es entonces cuando Civímetro empieza a concebirse y, tras pasar por diferentes equipos y espacios de creación colectiva, decide centrar su propuesta en la generación de una guía 1.0 que permita desde una perspectiva pedagógica y de acompañamiento evaluar procesos de innovación ciudadana. Esta guía surge del prototipo realizado dentro del proyecto europeo Designscapes tomando como contexto Medialab Prado (Madrid).
La alineación de las dimensiones e indicadores de civímetro con estándares existentes a escala global, como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible es uno de los aspectos pendiente de desarrollar en próximas versiones de la guía. Además, su aplicación en nuevos contextos nos permitirá empezar a generar conocimiento compartido entre laboratorios ciudadanos y extraer aprendizajes que mejoren los diferentes aspectos de Civímetro planteados hasta ahora, así como completar aquellos aún con cierto grado de indefinición.
Consideramos de vital importancia para la pervivencia de este tipo de centros mejorar sus sistemas de medición y evaluación. Qué medimos, qué dejamos fuera de la evaluación, cómo se publican esos datos, son preguntas que deberemos responder, y cuyas respuestas marcarán las narrativas sobre las que se articula la actividad de estos centros. En un momento como el que estamos, de innovación en la gestión pública y en la producción cultural vemos la necesidad de innovar también en la definición de nuevas narrativas activadas desde lo común.
Este texto ha sido escrito a 8 manos por las personas que componen el equipo actual de Civímetro (Nora González Dwyer, Pascual Pérez, Martina Pestarino y Maje Reig). El proyecto se desarrolla de forma abierta desde la red CivicWise dentro de nuestro espacio de trabajo compartido al que invitamos a participar a todas aquellas personas interesadas. Disponemos del email hola@civimetro.org para recibir opiniones, consultas, propuestas de colaboración o aportaciones.
Artículo publicado originalmente en el número 101 de la revista PH (Especial monográfico) “De lo público al bien común: emergencia de otros modelos de gestión del patrimonio cultural”, publicado 2020-06-26
