“Desde la península se tiene otra imagen de las islas: no se conoce ni valora el patrimonio natural y arquitectónico que tenemos”, lamenta María. Ella es técnica de participación de un pueblo del sur de Gran Canaria. Su marido es profesor y trabaja en el norte. “Todas las mañanas los dos salimos de casa vestidos como si nos fuéramos a trabajar a países distintos”, bromea. Un ejemplo de los contrastes de la isla.
María es una de las colaboradoras que asisten al laboratorio ciudadano que organiza CivicWise sobre la plataforma Participa Gran Canaria, una web que se basa en Consul, el software libre creado por el ayuntamiento de Madrid para vertebrar consultas ciudadanas, y que ya usan unas 60 instituciones de 16 países distintos de todo el mundo. Desde Montevideo hasta la ciudad de Gwangju, en Corea del Sur. Desde la región de Nariño, en Bogotá, hasta Golmayo, un pueblo de Soria de 2.500 habitantes que ostenta el título de ser el primer ayuntamiento gobernado por el PP que ha abierto conversaciones para replicar la tecnología que se inventaron los hackers de Carmena.
El Cabildo canario activó esta plataforma el pasado mes de septiembre y cuenta ya con cerca de un centenar de propuestas. La primera del ranking cuenta con 176 apoyos y pide acabar con el plástico de usar y tirar en la isla. Como indica en la misma web, todavía le quedan 5.974 para que pueda pasar a la siguiente fase. Son 6.000 apoyos de ciudadanos censados y registrados en la plataforma web -el 1% del censo- lo que se necesita para que esa idea pase una evaluación técnica y pueda llegar al Pleno. Precisamente, una de las iniciativas ciudadanas pide reducir el número de apoyos necesarios. “A veces pienso que ninguna propuesta va a alcanzar los 5.000 apoyos nunca”, se plantea Laura Concepción, ingeniera informática y programadora del Área de Participación del Cabildo: la mujer a los mandos de la nave tecnológica en un departamento con mayoría masculina. Cuenta que le gustaría que su presencia sirviera «para dar visibilidad a una carrera que todavía cuenta con pocas mujeres matriculadas, y con muchas menos ejerciendo la profesión», apunta. Laura empieza así el taller de impulso que organiza la red CivicWise por la tarde, después del laboratorio ciudadano, y ya a puerta cerrada, junto al equipo de Participación del Cabildo. Pero tras las cuatro horas que duró, cambiará su percepción.
Quizá las propuestas más convenientes no sean las más votadas, y las más votadas puede que no sean las más convenientes. Quizá no sea inclusivo, lanza María. ¿Y cuándo la tecnología per se lo ha sido? La brecha tecnológica se disipa si hablamos de las redes sociales más conocidas. “El problema es que la gente usa Facebook para pedirle cosas al alcalde”, opina José María García Navarro, diseñador del Área de Participación del Cabildo. Ahí aparece uno de los flecos de la plataforma Participa GC: “Igual es que la ciudadanía no se reconoce en esa web; no ve al alcalde, no están los técnicos”, sigue Pascual. El reducido número de usuarios podría desmotivar la entrada de nuevos. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Laura, la responsable de que Consul funcione con las particularidades insulares, aporta los datos: unos 1.900 usuarios registrados -de ellos el 65% son usuarios verificados- y más de cien iniciativas propuestas desde septiembre bajo temáticas muy variadas, como la mejora del transporte público, la rehabilitación de espacios para usos artísticos, la introducción de mejoras en el acceso peatonal de ciertas zonas o la implementación de herramientas de accesibilidad en las webs municipales. La más votada cuenta con unos 170 apoyos. “Este taller con CivicWise me ha servido para ver el alto número de apoyos que se necesitan como una oportunidad y no como un problema. Una oportunidad para que las instituciones se inventen acciones presenciales y den a conocer tanto las iniciativas ciudadanas como la plataforma”, reconoce, al final de la sesión. Puede que bajar el número de apoyos necesario no sea la mejor opción. Ceder espacios públicos, reunir a los vecinos, conectarlos desde la plataforma, son acciones que suenan más a responsabilidad de la institución pública. Cuando está todo por hacer es el momento ideal para experimentar. Prueba, ensayo, error. No hay excusa para no inventar, prototipar, plantar, y ver si crece, recuerdan Alfonso y Ioana.
Jorge Artiles, director general de Participación del Cabildo, también estuvo presente tanto en el laboratorio como en el taller de impulso de la tarde. Él fue quien recordó que en unas cuatro semanas entra en vigor la legislación que otorgará un status orgánico a la participación: “Queríamos que le costara al siguiente equipo de gobierno echarlo abajo”, responde. Pero, ¿quién debería blindar la participación en nuestras ciudades y cabildos? ¿Las leyes o la ciudadanía? “El garante último de que los ciudadanos participen en las decisiones políticas que les afectan son ellos mismos. La normativa puede no cumplirse”.
Cuatro horas de laboratorio ciudadano en el que participaron unas cuarenta personas, entre facilitadores, técnicos, funcionarios y ciudadanos, y otras cuatro de taller de impulso del equipo de CivicWise junto a la dirección general de Participación, dieron para mucho. Incluso para que el responsable del área, Jorge Artiles, opinara sobre la red:
“Me interesa mucho el trabajo que hace CivicWise, porque eventos como el Glocal Camp ponen en valor la inteligencia colectiva y el trabajo colaborativo, juntan el diseño difuso y el experto, y unen también a la ciudadanía, a profesionales, colectivos y responsables políticos. Conectan gente de perfiles distintos para construir nuevas herramientas; ese esfuerzo que hace la red CivicWise entra dentro de la filosofía y la visión que mantenemos en el Cabildo a la hora de construir participación ciudadana”.
Artículo escrito por Sara Calvo el 6 de abril de 2018 y publicado originalmente en canarias.glocal.camp